sábado, 28 de abril de 2012

MIGRACIÓN COLOMBIANA EN INTERRELACIÓN AL MARCO DADO POR EL CONFLICTO DE LAS DROGAS

Hablar de migración, refiere al proceso en el que una persona decide dejar su tierra para ir a habitar otra desconocida, en la cual, tendrá que conocer una nueva cultura y adaptarse a ella en un proceso de aculturación. Supuestamente, es un acto que es normal, pero al pasar el tiempo, se han generado nuevas connotaciones para lo que antes se conocía como emigrar. Muchas de las personas que actualmente residen donde han vivido toda o gran parte de su existencia en un lugar geográfico determinado, optan por ir a explorar nuevos territorios con la esperanza y la fe de encontrar un futuro mejor, con mayores oportunidades económicas; se creería que es la principal razón.

Las decisiones humanas deberían ser propiciadas por el afán de progreso y avance personal y humanístico, pero, la realidad de una parte de aquellos que deciden emigrar es definida por el contexto de situaciones que afectan su entorno inmediato y que lo imposibilitan quedarse en la tierra donde están sus arraigos, sus tradiciones; se hace referencia a lo que causan los procesos armados que van en contra de la idealización del ser, que obstruyen de una forma totalmente egoísta el desarrollo de la persona.

Los procesos de movilización de la sociedad causados por conflictos armados vienen en un aumento muy progresivo y dramático, porque están obligando, de una forma no digna, a las personas a abandonar su territorio y haciendo, en contra de su voluntad, que tengan que irse a buscar nuevos horizontes. Principalmente este fenómeno se da en las zonas rurales, pero, contextualizándolo a la zona urbana, también podemos observar esa realidad.

Muchos son aquellos quienes han decidido tener una vida en la que defienden los principios éticos del hombre, que buscan que la verdad se conozca, que luchan por denunciar los hechos que estén atentando en contra de la sociedad. En el caso de los periodistas, si optan por lo anteriormente mencionado, se verán enfrentados a situaciones que amenacen su vida y la integridad de quienes lo rodean; siendo el caso de que la persona siga con su utopía de mostrar el verdadero rostro de las situaciones, en contra de las voces marginales que buscan acallar su aliento de progreso, se verá en la necesidad, totalmente en contra de su voluntad, de irse, incluso de tener que abandonar su país. Se hace referencia a los exiliados.

La situación de los exiliados, los asilados políticos no es algo normal. Es una imposición dada por personas que con sus decisiones, defienden ideales, que para ellos, son razonables y justificables.

La migración, sea por causa decidida o por causa no decidida, es un proceso difícil y complejo. En primer lugar, la cultura a la que se dirige, cuenta con unas barreras socio-culturales, que no permiten ver con buenos ojos a quien llega; esto, porque pueden llegar a considerar que quien viene de otra parte, puede acortar las posibilidades de empleo y pueden ver un riesgo en él de que las oportunidades que le debería dar su Estado, sean brindadas a terceros.

Hay que tener en cuenta, que los preceptos y concepciones son diferentes para cada país. No es lo mismo alguien que se dirija a España, procedente de Canadá, que alguien que proceda de Colombia. Hay un marco cultural histórico que rodea a cada persona.

La situación de la migración colombiana es algo difícil en un contexto mundial. Una razón muy importante para que se dificulte, es la situación con las drogas que vive Colombia. No es algo ajeno ni para nuestro país que ve y vive la realidad de la guerra contra las drogas, ni para países externos, que bien o mal, saben de la situación que Colombia ha venido atravesando tantísimos años.

En la antigüedad, el uso de ciertas hierbas y raíces era absolutamente normal y tenía un carácter definido estrictamente por factores antropológicos, éstos divididos por situaciones de tipo religioso (rituales) y de cultura. No había en lo absoluto una restricción.

Al pasar los años, las personas fueron descubriendo otros usos de los productos naturales y muchos de ellos tergiversaron para fines no benéficos el uso de estos productos, tales como el opio. Más específicamente en el siglo XX, con el desarrollo de nuevas tecnologías, los laboratorios descubrieron complejos que en su principio, fueron para uso médico, como por ejemplo, la morfina. Al pasar de las guerras y con más avances en la tecnología, nuevas drogas, a las que se les denomina “drogas psicotrópicas”, surgieron y ahí sí que se tergiversó su uso y empezaron a producir un impacto social.

Drogas como la heroína y la cocaína se empezaron a producir de una forma muy constante en Colombia; país que con el desarrollo de las diferentes normas en contra de la venta y consumo de sustancias psicotrópicas, se fue acogiendo a ellas. Pero la realidad fue otra, la producción, comercialización y venta de drogas en Colombia, se disparó a finales del siglo pasado y la puso en un muy mal precepto internacionalmente.

El drama, las confrontaciones de la lucha contra las drogas generan desplazamiento, migración; a esto el Gobierno no le ha puesto el suficiente ahínco para contrarrestar este fenómeno que destroza fibras internas en la población. Además, los costos que asume la guerra son injustificables porque no es algo por lo que se debiera generar problemas.

La migración colombiana y de cualquier otro país, debe ser algo natural y que no genere malestar. El contexto de las drogas que enmarca tan específicamente a Colombia, debe ser derrocado. Lo propuesto es claro que necesita tiempo, necesita de esfuerzo y más que nada, necesita voces que despierten y aleguen en pro de la evolución positiva del mundo.